120 guerras personales con 6 problemas matemáticos
Escrito por Redacción Matematicalia   
sábado, 26 de marzo de 2011
Image “ESTÁ SIENDO DIFÍCIL”, DICEN LOS PARTICIPANTES EN LA OLIMPIADA MATEMÁTICA ESPAÑOLA, EN PAMPLONA. Los ganadores se darán a conocer la tarde del sábado 26 de marzo. Serán los representantes de España en la Olimpiada Internacional.

Madrid, 25 de marzo.- Los primeros tres problemas a los que se enfrentan los 120 estudiantes de secundaria de toda España en la Olimpiada Matemática Española (OME), que se celebra este fin de semana en la Universidad Pública de Navarra, en Pamplona, ya han sido vencidos. O no. “Es difícil, pero es lo que esperas al venir aquí”, dice Carla, de Tenerife.

Coincide con ella Sulaimane, de Ceuta, un enamorado de las matemáticas porque “supone superar retos personales”. A él la prueba de esta mañana le ha salido “regular tirando a mal”, pero nadie le quitará la “experiencia única” de haber estado en Pamplona con chicos de toda España que comparten su gusto por enfrentarse a un problema.

La OME, organizada por la Real Sociedad Matemática Española (RSME) junto al ministerio de Educación desde 1963, pretende detectar y formar jóvenes talentos en matemáticas. Los participantes en la fase nacional, la que ahora se celebra, son los ganadores de las etapas regionales. De Pamplona saldrán seis ganadores que representarán a España en la olimpiada internacional, que tendrá lugar en julio en Ámsterdam.

“La Olimpiada pretende mostrar a quienes les gusten las matemáticas y a su entorno que puede ser fructífero no sólo para ellos, sino también para el conjunto de la sociedad”, explica María Gaspar, presidenta de la Comisión de la Olimpiada Matemática de la RSME.

LA ‘CANTERA’ ESPAÑOLA

El concurso puede ayudar a solucionar una de las dificultades que más preocupan a los matemáticos españoles: el problema generacional. “En iniciativas como esta se generan perfiles excelentes, son un trampolín de salida para muchos matemáticos, su primer contacto con las matemáticas reales”.

Un ejemplo de ‘éxito’ de las olimpiadas es la carrera de María Pe Pereira, actualmente en el Institut de Mathématiques Jussieu, en París, y que acaba de resolver junto con su colega Javier Fernández de Bobadilla un problema planteado por John Nash. Pe Pereira fue ganadora de la OME y participó en la Olimpiada Internacional de Taiwán en 1998. Su colaboración con la universidad ha sido constante durante su formación, y en 2008 tuvo una labor muy destacada en la organización de la Olimpiada Matemática Internacional celebrada por primera vez en Madrid.

“Hay un seguimiento de los medallistas en todo el mundo, y también en nuestro país”, confirma Gaspar.

EL PREMIO DE VENCER A UN PROBLEMA

Hay recompensa económica para los ganadores: el Ministerio de Educación otorga premios que van de los 260 euros a 380 euros en la fase local, y 700 en el caso de los ganadores nacionales.

Pero el reconocimiento que realmente importa es otro: “Es una especie de honor. El resolver alguno de los problemas, el vencerlo, les resulta un gran reto y les da tanta satisfacción que el resto no importa. Es suficiente premio”, describe la organizadora María Gaspar.

No obstante, quedar en un buen puesto en las olimpiadas también puede ayudar para el futuro. Algunas prestigiosas facultades estadounidenses de Matemáticas lo valoran muy positivamente. Además, ofrece a los alumnos la posibilidad de viajar y de conocer a gente “con la que posiblemente colaborarán en su vida adulta. Que hayan compartido esto de jóvenes ayuda mucho en el futuro”, apunta Gaspar.

RETOS NO HABITUALES

En las dos sesiones de la OME, hoy y mañana, los alumnos se enfrentan a 6 problemas seleccionados por la Comisión de la RSME. No son el tipo de retos al que están acostumbrados. “Hay alumnos con excelentes currículos académicos que no tienen el éxito que esperan en las Olimpiadas”, relata Gaspar.

Es más importante “saber qué es demostrar”, o ser capaz de pensar de manera creativa, que dominar el temario oficial. De hecho, las Olimpiadas no tienen ningún programa, no se sabe de qué áreas serán los problemas. “Las preguntas son de matemática elemental, pero pueden ser de geometría clásica, de teoría de números, de combinatoria…”, afirma Gaspar.

¿Compiten los chicos ‘a muerte’? “El ambiente es de camaradería y compañerismo, de colaboración, no de competición”, relata la organizadora. “Ellos no luchan entre sí, sino contra los problemas, cuando se da la hoja de enunciados y se pone en marcha el reloj. Allí son ellos solos, pero hasta ese momento colaboran en equipo. Es lo que tiene de bonito”.

Una de las consecuencias del ‘buen ambiente’ es que la experiencia ‘engancha’: “Esto les encanta. Muchos siguen vinculados a las Olimpiadas después de haber participado. Les vamos incorporando en la organización para que trabajen al otro lado de la barrera”, dice Gaspar.

Y es que la trastienda de este acto no es trivial. Corregir las pruebas muy rápido; alojar a todos; acompañar a los alumnos… exige el trabajo desinteresado de profesores de instituto, de universidad, miembros de la RMSE...

El sábado, a última hora de la tarde, se darán a conocer los seis ganadores.