¿Son correctos estos razonamientos?
Dice Jean-Louis Boursin [2] al respecto:
Si nos preguntamos cuál de estas soluciones es la
buena, responderemos que las tres son correctas, pero que en realidad se
refieren a tres problemas distintos; de un modo más preciso, se refieren a tres
mecanismos diferentes de intervención del azar: el enunciado del problema no es
lo bastante explícito en cuanto a esto. Por otra parte, sería imposible
concebir unos dispositivos experimentales para hace intervenir el azar según
uno u otro de estos tres modos.
Esta paradoja prueba que es posible la
manipulación (¡sin ser conscientes de ello!) de espacios
probabilizables, debido a un enunciado
demasiado vago. Desde luego, este aspecto no tiene que resultarnos raro; de
hecho, en otros contextos más familiares está perfectamente asumido.
2.2 Paradojas con la transitividad (Paradoja de
Blyth)
Nuestra
manera de pensar tiene bastante asumido el concepto de transitividad. Lo
empleamos frecuentemente: si A
es más alto que B y B es más alto
que C,
entonces razonamos que A
es más alto que C.
Pero el siguiente caso ya no es tan claro.
Supongamos que tenemos tres
candidatos a la presidencia A,
B y
C.
Una encuesta indica que 2/3 del electorado prefieren a A antes que a B, y que 2/3 del
electorado prefieren a B
antes que a C.
¿Se deduce de esto que la mayoría de votantes prefiere a A antes que a C?
Claramente no, es un caso típico
en el que se incumple la transitividad.
Pues bien, resulta que la teoría de la probabilidad abunda en paradojas
de este tipo, que a veces ponen en un aprieto al sentido común. Una de
ellas es la siguiente.
Consideremos cuatro dados
cúbicos A, B, C y D (Figura 6),
Figura 6.
siendo sus seis caras las siguientes:
Dado A: ( 0, 0, 4, 4, 4, 4 ) Dado C: ( 2, 2, 2, 2, 7, 7 )
Dado B: ( 3, 3, 3, 3, 3, 3 ) Dado D: ( 1, 1, 1, 5, 5, 5 ).
Ahora seleccionamos dos dados y los
lanzamos, quien mayor puntuación obtenga gana. Así,
por ejemplo, si los dados son A y B, la probabilidad de que A gane a B es 2/3. De igual modo la probabilidad de que B gane a C es 2/3; la probabilidad
de que C gane
a D es
igual a 2/3 y, por último, D gana a A con probabilidad 2/3. Para calcular estos
resultados se puede seguir el siguiente razonamiento, veámoslo con el último
caso:

Figura 7.
Por tanto, la probabilidad de que D gane a A es: (1/2) + [ (1/2) · (1/3) ] = 2/3.
Resumiendo los
resultados obtenidos:
A
gana a B
B
gana a C
C
gana a D
D
gana a A
Desde luego es
la ley de la no transitividad: siempre hay algún dado que gana a otro y a su
vez es ganado por otro. ¿No resulta paradójico?
2.3 Paradoja de Yule-Simpson
Algunas veces pueden suceder cosas alarmantes en probabilidad:
Una hipótesis puede ser
ratificada en varios estudios independientes, pero falseada en un estudio
global.
Un ejemplo es la llamada paradoja de Yule-Simpson. Para comprenderla
analicemos la siguiente situación:
Sobre
una mesa hay un sombrero blanco y otro sombrero rojo, conteniendo bolas. El
blanco tiene 5 bolas negras y 6 bolas blancas, mientras que el rojo contiene 3
bolas negras y 4 bolas blancas. Encima de otra mesa hay otros dos sombreros,
del mismo modo: uno blanco y otro rojo, el blanco conteniendo 6 bolas negras y
3 blancas, y el rojo 9 bolas negras y 5 bolas blancas.
Nos
acercamos a la primera mesa con la intención de sacar una bola negra. ¿Debemos
sacar una bola del sombrero blanco o del
rojo? Obviamente del blanco, pues la probabilidad es igual a 5/11 (en el
sombrero blanco) y 3/7 (en el sombrero rojo).
Ahora
nos acercamos a la segunda mesa, con el mismo propósito. Nuevamente es mejor
sacar una bola del sombrero blanco, pues la probabilidad es 6/9 (en
el sombrero blanco) y 9/14 (en el sombrero rojo).
Resumiendo:
en las dos mesas es más conveniente introducir la mano en el sombrero blanco
para conseguir sacar una bola negra.
Sin
embargo, si juntamos las bolas que están en los sombreros blancos y hacemos lo
propio con las bolas que están en los sombreros rojos, llegamos a una nueva
situación:
Sombrero blanco = {11 bolas negras y 9 bolas
blancas}
Sombrero rojo = {12 bolas negras y 9 bolas blancas}
Y en
esta situación, sin embargo, es más fácil sacar una bola negra del
sombrero rojo.
¿No te
parece paradójico?

Figura 8.
En la literatura científica esta
paradoja se conoce como el efecto Yule-Simpson, pues fue estudiada por E. Simpson en 1951 y por el estadístico británico G.U. Yule en 1903.
La aparente paradoja describe la
desaparición de una asociación o comparación significativa de dos variables
cuando los datos son desagregados por grupos. También suele decirse que el
efecto global puede no representar lo que realmente pasa dentro de los aspectos
locales o parciales.
2.4 Paradoja de
Monty
El problema de Monty Hall
es un problema de probabilidad que está inspirado por el concurso televisivo
estadounidense Let's Make a Deal. Su nombre proviene del nombre del
presentador, Monty Hall. El
enunciado del problema es el siguiente:
Supón
que estás en un concurso, y se te ofrece escoger entre tres puertas: detrás de
una de ellas hay un coche, y detrás de las otras, cabras. Escoges una puerta,
digamos la nº. 1, y el presentador, que sabe lo que hay detrás de las puertas,
abre otra, digamos la nº. 3, que contiene una cabra. Entonces te pregunta: “¿No
prefieres escoger la nº. 2?”. ¿Es mejor para ti cambiar tu elección?
Esa
pregunta ha generado un intenso debate y han sido muchas las publicaciones al
respecto. La respuesta se basa en
suposiciones que no son obvias y que no se encuentran expresadas en el
planteamiento del problema. La respuesta correcta parece contradecir conceptos
básicos de probabilidad y por tanto se puede considerar como una paradoja.
Pero, veamos la solución, que se basa en tres suposiciones básicas:
a)
el presentador siempre
abre una puerta,
b)
la escoge entre las
restantes después de que el concursante escoja la suya, y
c)
tras ella siempre
hay una cabra.
Como
podemos ver, estas suposiciones no se encuentran explícitamente en el
enunciado.
La
discusión del problema nos lleva a siguiente solución: si el concursante mantiene
su elección original entonces gana si escogió originalmente el coche (con
probabilidad de 1/3), mientras que si cambia, gana si escogió originalmente una
de las dos cabras (con probabilidad de 2/3). Por lo tanto, el concursante debe
cambiar siempre su elección.
Para
convencernos de esta solución pensemos que en vez de tres puertas hubiese diez
y tras la elección original el presentador abre ocho de las restantes para
mostrar que tras de ellas hay cabras. Si el concursante no cambiase su elección
ganaría el coche sólo si lo ha escogido originalmente (1 de cada 10
veces), mientras que si la cambia, ganaría si no lo ha escogido originalmente
(y por tanto es lo que resta tras abrir las ocho puertas), ¡9 de cada 10 veces!
2.5 Paradoja
de San Petersburgo
Es,
seguramente, la paradoja más famosa de la teoría de la probabilidad, propuesta
por Nicolás Bernoulli en el año 1713. Posteriormente fue modificada y estudiada
por su sobrino Daniel Bernoulli. El trabajo se publicó en Transactions
de la
Academia de San Petersburgo. Se puede encontrar un desarrollo
extenso en Se puede encontrar un
desarrollo extenso en [14].
El problema en su origen tiene, más o menos, el siguiente planteamiento:
Se lanza al aire una moneda hasta que salga cara. Si
sale a la primera la banca paga al jugador 1 moneda. Si sale por primera vez la
cara a la segunda tirada, la banca le paga 2 monedas. Si sale por primera vez
la cara a la tercera tirada, la banca le paga 4 monedas... ¿Cuál debería ser la
apuesta del jugador a la banca de modo que ni el jugador ni la banca tengan
ventaja de ninguna clase por más que se prolongue el juego?
El problema se puede resolver
fácilmente en términos de esperanza matemática de ganar: la probabilidad del
evento aparece cara en la tirada n es de
1/2n-1 (1/2) = 1/2n.
La esperanza de ganar es, pues, la suma de la serie infinita
1/2 + 2(1/2)2 +
4(1/2)3 + 8(1/2)4 +...+ 2n-1(1/2)n
+...= 1/2 + 1/2 + 1/2 + 1/2 +...+ 1/2 +...= ∞ .
Así, en honor a la igualdad, el juego no debería
tener lugar.
Desde el punto de vista
didáctico ilustraremos el problema mediante una partida entre Ana y Juan. La partida
se compone de pequeñas “secuencias de lanzamientos” de una moneda. Cada
secuencia consiste en que Ana lanza una moneda tantas veces como sea necesario
para obtener una cara. Terminada la secuencia, Ana paga a Juan una cantidad
fija (digamos 1000 euros),
y Juan paga a Ana una cantidad igual a 2k, siendo k la tirada en que ha aparecido la primera cara. Y vuelta a empezar
otra partida.
Es decir, a modo de
ejemplo:
- Si sale
la primera cara al primer lanzamiento, Ana paga 1000 euros y Juan paga 2 euros.
- Si sale
la primera cara al segundo lanzamiento, Ana paga 1000 euros y Juan paga 4 euros.
- Si sale
la primera cara al tercer lanzamiento, Ana paga 1000 euros y Juan paga 8 euros.
- ?
- Si sale
la primera cara al décimo lanzamiento, Ana paga 1000 euros y Juan paga 1024 euros.
Si observamos Ana sólo
recuperará su dinero en las secuencias en que la primera cara aparece a partir
del décimo lanzamiento. Pero cada vez deberá abonar 1000 euros.
Curiosamente Ana podría entrar pagando por tanda no ya
1000 euros,
sino 1000000 euros o cualquier cantidad. Su ganancia a la larga es segura. ¿Cómo entender de
los resultados del análisis lo que predice el sentido común?
La clave está en la pequeñísima probabilidad que tiene Ana de ganar si sólo se
juega un número pequeño de tandas.
2.6 Paradoja de
los dos perritos
Exponemos aquí dos aparentes paradojas, que
no lo son tanto.
a) Una persona tiene dos perritos. Al menos uno de
ellos es macho. ¿Qué probabilidades hay de que ambos sean machos?
b) Una persona tiene dos
perritos, uno blanco y el otro negro. El perro blanco es macho. ¿Qué
probabilidad hay de que ambos
sean machos?
La solución del apartado a) suele
llevar a la respuesta incorrecta de 0,5; mientras que la buena solución es
0,333 (1 de cada 3). Para entenderla podemos simular la situación mediante el
lanzamiento de una moneda (cara = macho = C y cruz = hembra = +). Los
resultados posibles son: CC; +C; C+; ++, y de los tres casos posibles
únicamente uno de ellos es el favorable.
La solución del apartado b) suele llevar igualmente a una respuesta
errónea. Muchos piensan que la solución es la misma que el problema anterior (1/3),
pues para ellos el color no importa. Sin embargo, la respuesta correcta es 0,5
como fácilmente se puede comprobar.
2.7 Paradoja de las tres cómodas (de R. Smullyan)
Un joyero tiene tres
cómodas en su casa; cada una de ellas contiene dos cajones. En una de las
cómodas, cada cajón contiene un rubí. En otra de las cómodas, cada cajón
contiene una esmeralda. Y en la tercera
cómoda, uno de los cajones contiene un rubí y el otro una esmeralda. Si
elegimos una de las tres cómodas al azar y al abrir uno de los cajones
encontramos un rubí, ¿qué probabilidad hay de que el otro cajón de la misma
cómoda contenga también un rubí?
Muchos razonan del
siguiente modo: una vez abierto el cajón he encontrado un rubí, así que la
cómoda de las dos esmeraldas queda descartada. Esto significa que o se ha dado
con la cómoda mixta o con la cómoda que contiene los dos rubís; por tanto, la
probabilidad pedida es igual a 1/2. ¿Es correcto el razonamiento? Claramente
no, pues la probabilidad pedida es igual a 2/3. Pero seguro que el lector sabrá
razonar bien y llegar al buen resultado.
Referencias
[1] E. Borel: Las probabilidades y la vida. Muy Interesante, 1986.
[2] J.L. Boursin: Las estructuras del azar. Martínez Roca, 1958.
[3] M.S.
de Mora: Los inicios de la teoría de la probabilidad,
siglos XVI y XVII. Servicio Editorial
de la Universidad
del País Vasco, 1990.
[4] J. Díaz Godino et al.: Azar y probabilidad. Síntesis, 1987.
[5] A. Engel: Probabilidad y estadística, Tomo 1. Mestral, 1988.
[6] N. Falleta: Paradoxicon. Doubleday and Co., 1983.
[7] D. Freedman, R. Pisani, R. Purves, A. Adhikari:
Estadística. Antoni Bosch, 1993.
[8] M. Gardner: Paradojas.
Paradojas que hacen pensar. Labor, 1983.
[9] M. Gardner: Viajes
por el tiempo y otras perplejidades matemáticas. Labor, 1988.
[10] Gurupedia: Simpson's paradox, http://www.gurupedia.com/s/si/simpsons_paradox.htm.
Paradoja de Yule-Simpson, b).
[11] I. Hacking: La domesticación del azar. Gedisa, 1991.
[12] V. Kashyap: The Monty Hall problem, http://astro.uchicago.edu/rranch/vkashyap/Misc/mh.html. Paradoja de Monty.
[13] R. Smullyan: El enigma de Sherezade. Gedisa, 1998.
[14] Stanford Encyclopedia of Philosophy: The St. Petersburg paradox,
http://plato.stanford.edu/entries/paradox-stpetersburg.
Paradoja de San Petersburgo.
[15] Stanford Encyclopedia of
Philosophy: Simpson's paradox, http://plato.stanford.edu/entries/paradox-simpson.
Paradoja de Yule-Simpson, a).
[16] J.M. Valderas, E.
Olmedo, L. Franco: La paradoja de Bertrand: un problema y varias soluciones. [Disponible
en http://www.personal.us.es/olmedo/Paradoja%20de%20Bertrand.pdf].
[17] Paradoxes of probability, http://home1.gte.net/deleyd/random/probprdx.html. Paradojas generales sobre probabilidad.