Recibido: lunes, 13 agosto 2007
¿Radiocontrol?
Robert Leese
Smith Institute
for Industrial Mathematics and System Engineering
University of
Oxford
e-mail:
Esta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla
página web: http://www2.maths.ox.ac.uk/~leese
Un poco de historia

|
Para la mayoría de
la gente, el inventor de la radio (o telegrafía inalámbrica, como se le llamó
entonces) fue el italiano Guglielmo Marconi (1874-1937). Como ocurre
frecuentemente con descubrimientos importantes, el trabajo preliminar fue
realizado por varias personas en los años precedentes. Este es el caso
de Heinrich Hertz (1857-1894) y de Oliver Lodge (1851-1940), que habían conseguido
transmitir ondas de radio en experimentos de laboratorio a finales de los
1880 y principios de los 1890, pero que no explotaron sus implicaciones prácticas.
|

|
Guglielmo Marconi.
|
Heinrich Hertz.
|
Hertz ni siquiera vivió
para ver el impacto total de su trabajo, aunque
su nombre es recordado en las unidades de frecuencia; posteriormente su
familia recibió reconocimiento, cuando su sobrino Gustav Hertz (1887-1975) ganó
el Premio Nobel de Física en 1925.
Marconi ciertamente
se dio cuenta de las posibilidades de la nueva tecnología. En septiembre de 1899,
generó un considerable entusiasmo al equipar buques para que enviaran informes
sobre el progreso de la carrera de yates de la copa América. En 1901 consiguió
enviar una señal a través del Atlántico. Estas primeras transmisiones fueron de
código Morse y no de voz, pero las de voz llegaron a su debido tiempo.
Marconi continuó
obteniendo nuevos records de distancia, culminando con el envío de un mensaje
de Inglaterra a Australia en 1918. Pudo recorrer distancias tan largas aprovechando
la manera en que las ondas de radio se propagan en la zona superior de la
atmósfera y “curvándolas” sobre la
superficie de la Tierra. Pero, por favor, no hablemos de enviar mensajes a
través de las “ondas del aire”: las ondas de radio son parte del espectro
electromagnético, ¡y no se necesita aire ni ninguna otra cosa para transportarlas!
La mayoría de las
primeras aplicaciones se centraron en la navegación, y posteriormente en la
aviación, una vez que los vuelos de pasajeros llegaron a ser habituales. Sin
embargo, no pasó mucho tiempo hasta que se descubrieron sus posibilidades para
el ocio y el entretenimiento. En 1916, David Sarnaff, un empleado de la
American Marconi Company, sugirió una “caja de música radiofónica” en términos
fácilmente reconocibles:
...Este dispositivo debe
estar preparado para recibir varias longitudes de onda con el movimiento de un interruptor o al
presionar un botón. La caja de música radiofónica puede estar dotada de amplificadores
y un altavoz telefónico, todo lo cual puede ser elegantemente montado en una
caja.
La radio se puso en funcionamiento, y rápidamente llegó a ser
indispensable.
Un poco de física
Miremos
algo más de cerca el espectro electromagnético.
Las ondas electromagnéticas tienen una frecuencia f (medida en hercios, normalmente
abreviados como Hz) y una longitud de onda λ.
La ecuación que las relaciona
es
c=fλ ,
donde c es la velocidad de la luz, aproximadamente 3×108
ms-1. Puesto que c es constante, las bajas frecuencias
corresponden a longitudes de onda largas y viceversa. Si disponemos el espectro
de tal manera que las bajas frecuencias estén en la parte inferior, entonces la
luz visible se encuentra, aproximadamente, en la mitad: por encima se localizan
los rayos ultravioleta, rayos X y rayos gamma; por debajo están los
infrarrojos, las microondas y las ondas de radio (Figura 1).
Frecuencia (Hz)
|
1021
|

|
Rayos
γ
Rayos
X
|
1018
|
Ultravioleta
|
1015
|
Visible
|
1012
|
Infrarrojo
|
109
|
Microondas
|
106
|
Ondas
de radio
|
|
|
|
Figura
1. Un cuadro esquemático
del espectro electromagnético.
|
Estas ondas, siendo
muy diferentes, se usan para diferentes propósitos. Después de todo, ¡sería
bastante peligroso intentar enviarnos mensajes unos a otros mediante rayos
gamma! Sin embargo, todas ellas se describen mediante la misma teoría
matemática, desarrollada en el siglo XIX por James Clerk Maxwell y otros.
Las ondas usadas para
la comunicación son aquellas que están por debajo de la luz visible en el
espectro. No sólo las que los libros de texto llaman ondas de radio, sino
también las microondas y las infrarrojas: en otras palabras, todas aquellas con
longitud de onda mayor que 106 m
o, equivalentemente, con una frecuencia más baja que 3×1014
Hz. Las longitudes de onda útiles más largas se hallan en
torno a los 10.000
metros, ¡lo que significa que el espectro utilizable cubre alrededor de diez
órdenes de magnitud!
Las longitudes de
onda particulares son adecuadas para aplicaciones particulares. Grosso modo, las longitudes de onda
largas son mejores para las aplicaciones que requieren transmisión a larga
distancia. Por esta razón, las aplicaciones de las ondas infrarrojas son actualmente
bastante limitadas, aunque una muy importante, en tanto que nos hace la vida
más fácil, es el mando a distancia de los aparatos de televisión. Las microondas
se usan principalmente para transmisiones punto a punto, en las que la radio es
una eficiente alternativa a la colocación de un alambre o cable entre dos
puntos. Las frecuencias más bajas, correspondientes a las ondas de radio
“tradicionales”, se usan en las emisiones de radio y televisión, en la
navegación por mar y aire, meteorología, llamadas por “busca”, teléfonos
móviles, y otros usos privados.
¿Cómo transportan las
ondas de radio la voz, las imágenes de televisión, y otros datos? Técnicamente,
la información está “modulada” sobre una onda “portadora”. La portadora es una
onda “seno” pura, con frecuencia y amplitud fijas. La modulación origina
cambios insignificantes en algunas propiedades de la onda, dependiendo de la
información que se desee transmitir. Por ejemplo, en ondas de radio largas o
medias (llamadas normalmente AM, por Amplitud
Modulada) se usan fluctuaciones en la amplitud, y las ondas portadoras son
de unos pocos cientos de kilohercios (kHz);
la radio FM (Frecuencia Modulada) usa
fluctuaciones de la frecuencia, y ondas portadoras de alrededor de 100 megahercios (MHz).
Los matemáticos
prefieren pensar en términos de la llamada descomposición
de Fourier de la señal de radio, que indica cómo la señal de radio es una
mezcla de diferentes frecuencias. Una onda no modulada tiene una única
frecuencia, a saber, la de la portadora, pero cualquier combinación de modulaciones
provocará que la señal se “extienda” ligeramente alrededor de la frecuencia portadora.
En otras palabras, en realidad la información se transmite sobre un pequeño rango
de frecuencias, que origina un “canal” de radio. Podemos pensar en el canal como en una
tubería; su anchura se denomina “ancho de banda”. Las tuberías anchas pueden llevar
más información que las estrechas. El mensaje puede ser transmitido usando un ancho
de banda de 4-5
kHz; La radio AM en el
Reino Unido tiene un ancho de banda de 9 kHz;
La radio FM tiene un ancho de banda de 50
kHz (y, correspondientemente, obtenemos una calidad de sonido
superior); los canales de televisión (analógicos) son mucho más anchos, de 5MHz, ya que el video contiene más
información que el audio.
Un poco de política
No hay suficientes
canales para acomodar en el espectro a muchos usuarios simultáneamente dándoles
su propio canal. Ya en 1925, Herbert Hoover, entonces Secretario de Comercio de
los EEUU, se interesó por el problema de la disponibilidad del espectro (¡y
todavía no se había inventado la televisión!). Afortunadamente, fue pesimista. Los
avances en los equipos de radio han supuesto que ahora podamos usar frecuencias
más altas que aquellas que estaban disponibles en los años 20, y usarlas más
eficazmente. Sin embargo, a finales de los años 90, incluso los más optimistas reconocerían
que en la actualidad el espectro está sumamente congestionado.
La congestión del
espectro implica que es cada vez más difícil evitar la interferencia de radio causada
cuando dos personas, geográficamente cercanas, intentan usar el mismo canal
para diferentes propósitos. Podemos además tener interferencias causadas por
señales “desbordadas” de canales adyacentes, aunque generalmente esto no llega
a ser un problema. Después de la invención de la radio se entendió rápidamente
que la cooperación internacional era necesaria para ayudar a reducir las
interferencias. La primera conferencia sobre la regulación del espectro se
celebró en Berlín en 1903. La regulación del espectro es ahora una actividad
crucial en todo el mundo, coordinada internacionalmente por la Unión Internacional
de Telecomunicaciones, con sede en Ginebra.
La Agencia de
Radiocomunicaciones, una agencia ejecutiva del Departamento de Comercio e Industria,
vela por los intereses del Reino Unido. Su sitio web
proporciona una buena panorámica de las múltiples cuestiones involucradas en el
manejo del espectro.
Un poco de matemáticas
Ya
hemos tenido suficiente historia, física
y política. ¿Cómo pueden ayudar las
matemáticas? La noción crucial es la de canal de radio. No estamos interesados
en una gama continua de frecuencias, sino en un sistema discreto de canales a
intervalos regularmente espaciados. Por lo tanto, para hacer una descripción
matemática usaremos matemática discreta, donde las técnicas son muy diferentes
de las que se usan en la matemática continua.
El problema de decidir
qué canales de radio usar en diferentes sitios se denomina el problema de la asignación de canales.
Una posible descripción matemática es la siguiente. Se trata de construir un
“grafo” (nada que ver con los grafos que tienen pares de ejes) con un “nodo”
para cada transmisor de radio, y uniendo dos nodos con un “segmento” si los dos
transmisores correspondientes se interferirían en caso de tener asignados el
mismo canal. Ahora hemos de asignar canales a cada nodo de tal manera que cualquier
nodo “adyacente”, esto es, unido por un segmento a él, obtenga un canal
diferente. Así no habrá interferencias. Para conservar el espectro queremos, además,
usar tan pocos canales diferentes como sea posible.

|
Figura
2. Un pequeño problema
de coloreado de grafos,
que necesita 4 colores.
|
Matemáticamente, este
es el famoso problema de colorear un grafo (si pensamos que los canales se
representan por diferentes colores). Necesitamos colorear cada nodo en el grafo
de tal manera que dos nodos unidos por un segmento tengan diferente color,
usando el menor número de colores posible. Un problema para el cual el número
mínimo de colores es 4 se muestra en la Figura
2.
La coloración de
grafos ha sido un problema que ha tenido una larga y, a menudo, controvertida historia,
en gran parte motivada por las dificultades para probar el teorema de colorear
mapas, que establece que en el caso especial
en el que los segmentos nunca se crucen sólo se requieren cuatro colores. Sin
embargo, en el problema de asignación de canales, este caso especial no es, en
general, aplicable.
Un poco de informática
¿Cuán duro es el problema de colorar gráficos? Respuesta:
muy duro, ya que se necesita mucho tiempo para que el ordenador nos dé una
solución. La cuestión de clasificar problemas en relación con el tiempo que
precisamos para resolverlos es relativamente reciente, simultánea con el
desarrollo de la informática como disciplina académica. Podemos pensar en
problemas que son resueltos por diferentes métodos, o algoritmos, implementados
en la práctica mediante programas de ordenador.

|
Figura 3. Las variaciones de n6
y 2n con n.
|
El tiempo de ejecución, T, de un algoritmo depende generalmente del tamaño del
problema que estamos intentando resolver. Para asignar canales, el tamaño de un
problema puede ser medido por el número de transmisores, digamos n.
Entonces T es una función de n, que escribimos T(n). Para excluir cualquier ambigüedad causada por las
variaciones en la velocidad intrínseca de los procesadores de los ordenadores,
T(n) mide el número de pasos en el cálculo, no el tiempo que realmente
transcurre. Estamos interesados en conocer el incremento de T(n) a medida que n crece. Nos gustaría llevar la asignación de canales al menos a unos
pocos cientos de transmisores.
El problema del coloreado de grafos es duro porque todos los
algoritmos conocidos precisan de un tiempo al menos exponencial en n, lo que significa que T(n) crece como αn
para alguna constante α. Son malas noticias. Por contra,
un algoritmo polinómico de tiempo T(n), que
crece como nk para alguna constante k, se consideraría una
buena noticia.
Como ilustración, supongamos
que comparamos las funciones n6
(polinómica)
y
2n
(exponencial)
para n entre 2 y 50. En la Figura 3 se
muestran ambas funciones, usando una escala logarítmica. Hasta n=29
el
algoritmo polinómico es más lento, pero más allá de este punto la situación
cambia. Supongamos que tuviéramos un ordenador que pudiera llevar a cabo
109 pasos por
segundo, y que estamos dispuestos a esperar un día entero para que se complete
el cálculo (esto supone un ordenador rápido y una enorme paciencia por nuestra
parte). Entonces el algoritmo polinómico podría tratar con problemas hasta
n=210; el algoritmo exponencial sólo
llegaría hasta n=46.
Si
queremos tratar con n=250,
que todavía sería un problema modesto de asignación de canales, el algoritmo
polinómico necesitaría un poco menos de 3 días, ¡y el algoritmo exponencial más
de 1058 años!
Es interesante efectuar una comparación con la edad del Universo, que son aproximadamente
109 años,
para percatarse de por qué el hecho de que todos los algoritmos para coloreado
de grafos sean exponenciales es tan mala noticia.
De hecho, no se ha
probado de forma concluyente que no sea posible encontrar un algoritmo polinómico
para el coloreado de grafos (o para una multitud de problemas similares). Puede
ocurrir que todavía nadie haya sido suficientemente ingenioso para encontrarlo,
pero mientras tanto se ha tratado de resolver la situación de la mejor manera.
El nombre técnico para esta importante cuestión abierta, probablemente la más
importante de la informática teórica, es problema
P/NP. Para más información véase Ordenadores
e intratabilidad, por M.R. Garey y D.S. Johnson (Freeman, 1979).
Ejemplos de asignación de canales
Las implicaciones prácticas para la asignación de canales son
que no podemos garantizar de forma absoluta la minimización del espectro utilizado.
Pero en muchos casos es posible mostrar que las asignaciones obtenidas en tiempo polinómico
están cerca de ser óptimas, en el sentido de que utilizan sólo unos pocos
canales más que el mínimo absoluto, aun cuando ese valor sea desconocido.
Otro rayo de esperanza es que, aunque no haya algoritmos con
tiempos polinómicos sobre la totalidad
de los problemas de colorear grafos, quizás la historia sea diferente cuando
restringimos nuestra atención a los problemas que surgen de la asignación de
canales. Los grafos resultantes están de alguna manera determinados por las
leyes físicas que gobiernan la propagación de las señales de radio, aunque todavía
no se entiende exactamente cuál es el vínculo, o cómo explotarlo eficazmente en
el diseño de algoritmos.

|
Figura 4.
Un problema de asignación
de canales sobre una estructura celular,
con las restricciones descritas en el texto.
|
Como ejemplo de lo que puede suceder en determinados casos,
supongamos que el grafo corresponde a una disposición regular de los transmisores,
de tal manera que cada uno de ellos está
en el centro de una “celda” hexagonal (Figura 4). La distancia entre transmisores vecinos
se define como 1 unidad. Supongamos que, para evitar interferencias, los canales
asignados a los transmisores a distancia menor o igual que 3 unidades deben ser
diferentes, y también que los canales asignados a transmisores a distancia estrictamente
menor que 2 unidades deben estar separados al menos 2 (esta última condición es
un ingrediente añadido, para controlar el “desborde” de interferencias entre canales
adyacentes). Entonces el mínimo número de canales es 12, como se muestra en la Figura 4. Intenta:
- convencerte
a ti mismo de que estas condiciones se satisfacen;
- encontrar
el patrón de la asignación (la región rosa debería ayudar);
- convencerte
a ti mismo de que el patrón podría repetirse indefinidamente;
- mostrar
que no pueden usarse menos de 12 canales (de nuevo, la región rosa es la
clave).
Hasta ahora no hemos mencionado la forma en que la
asignación puede cambiar con el tiempo, pero muchos sistemas de radio modernos
son altamente dinámicos. Así, mientras
la Radio 1 de la BBC transmite en
el mismo canal un día tras otro, quizás moviéndose cada pocos años y sólo
después de muchos avisos, los teléfonos móviles, por ejemplo, son asignados a
un nuevo canal cada vez que se hace una llamada. El canal escogido es
generalmente diferente cada vez. El cálculo de una asignación dinámica óptima está todavía peor
entendido que en los sistemas fijos.
Algunos sistemas reparten canales en bandas, reservadas para
transmisores particulares. Las bandas se construyen con el fin de que no haya
nunca interferencias. Estos canales actúan como líneas telefónicas convencionales;
si todos están ocupados, se bloquea la llamada. La probabilidad de bloqueo
viene dada por la famosa fórmula de
Erlang (véase Ruteo de
llamadas en redes telefónicas,
por R. Gibbens y S. Turner, en el número 2 de PASS Maths).
Otras estrategias permiten una asignación mucho más flexible,
pero necesitan comprobaciones regulares para evitar interferencias. Para una
demostración “en vivo” de asignación dinámica de canales usando una técnica
llamada aprendizaje de refuerzo, prueba
la simulación
Java escrita por Satinder Singh, de la Universidad de Colorado.
Lecturas relacionadas
Hedy Lamarr
Los militares
necesitan cambiar constantemente las frecuencias de sus transmisiones para
evitar que el enemigo las intercepte. Hedy Lamarr, una actriz de cine de los
años 30 y 40, inventó un método de “frequency-hopping”
que mantuvo atareada a la oposición y se utiliza actualmente en las
transferencias inalámbricas de datos entre ordenadores.

|
Sobre el autor
|
El Dr. Robert Leese es tutor de
Matemáticas en St.
Catherine's College (Universidad
de Oxford), y ha colaborado durante varios años con la Agencia de
Radiocomunicaciones del Reino Unido en problemas de asignación de canales
de radio.
|