Recibido: martes, 25 julio 2006; revisado: jueves, 11 enero 2007
Entrevista
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“En los números hay más música que poesía”
Andreu Mas-Colell,
economista matemático
Isaac
García del Río
Director
de Comunicación
Universidad
Complutense de Madrid
e-mail:
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Andreu
Mas-Colell es una destacada personalidad en el campo de la economía, en la que
ha hecho un uso tan intenso como acertado de la matemática. Utiliza el
cálculo diferencial para, entre otras cosas, explorar las condiciones
necesarias de equilibrio en una gran variedad de contextos, y es asimismo un consumado experto en la teoría matemática de los juegos de estrategia. La feliz
combinación conseguida entre el análisis económico y la matemática superior le
ha llevado a ser editor del Journal of Mathematical Economics y de Econometrica,
la revista más influyente en economía. También ha sido presidente de la
Econometric Society. Fue dos años ayudante de Teoría Económica en la
Universidad Complutense y se doctoró en Estados Unidos, en la Universidad de
Minnesota. En la Universidad de Berkeley obtuvo una cátedra en los
departamentos de Economía y de Matemáticas, y en 1981 pasó a ocupar una cátedra
de Economía en la Universidad de Harvard. Su trabajo de investigación se ha
plasmado en más de 70 artículos publicados en prestigiosas revistas y en varios
libros, entre los que cabe mencionar Microeconomic Theory (Oxford University Press), manual de
referencia sobre microeconomía en todo el mundo. Ha recibido los doctorados honoris
causa de las universidades de Toulouse y Alicante y es Premio Rey Juan
Carlos de Economía. En la actualidad es profesor de la Universidad Pompeu
Fabra, en Barcelona, y ha sido nombrado secretario general del Consejo Europeo de Investigación, cargo que ocupará entre 2009 y 2011.
Usted estudió Ciencias Económicas en
la Universidad de Barcelona, aunque terminó la carrera en Bilbao, en 1966,
debido a un expediente por motivos políticos. ¿Por qué orientó su carrera y su
investigación hacia las matemáticas?
Las
matemáticas son un instrumento de análisis básico en economía. Mi interés hacia
la teoría económica, la microeconomía y la teoría del equilibrio económico
general, y más tarde hacia la teoría de los juegos de estrategia, me llevó
hacia la economía matemática y la profundización en las matemáticas.
Posteriormente completó sus estudios
en la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos, y ejerció la actividad
docente en Harvard y en la Universidad de California, en Berkeley. Usted que
conoce bien estos dos lados del Atlántico, ¿qué diferencias diría que hay en la
investigación matemática en Estados Unidos y en España?
Temo no ser la persona ideal para contestar esto. Mi impresión es que
las diferencias principales se derivarían del contraste entre la organización
universitaria norteamericana y la europea y española, más que de las
matemáticas en sí, que, de hecho se caracterizan por su universalidad
metodológica.
¿Cree que las universidades españolas
tienen buen nivel en este tipo de investigación?
Tienen
efectivamente un buen nivel y a uno le produce satisfacción contemplar la
repercusión y los éxitos de nuestros matemáticos. Esto dicho quiero añadir que
no hay nada peor que la autosatisfacción. Estamos bien, sobre todo teniendo en
cuenta de dónde venimos, pero podemos y debemos estar mejor. Al fin y al cabo,
hay países de demografía más débil que la española que nos pasan por delante.
La celebración en Madrid durante el
mes de agosto del Congreso Internacional de Matemáticos, que por primera vez se ha reunido en España y al que han asistido unos 3600 especialistas, ¿significa un
reconocimiento de la importancia del nivel alcanzado por nuestro país en esta
ciencia?
Sí,
efectivamente. Pero para aplicarme lo que acabo de decir sobre la
autosatisfacción añadiré que también significa que somos buenos en organizar
congresos y que estamos en la fase de desarrollo científico donde organizar un
Congreso Mundial tiene valor para nosotros como presentación en el mundo y
reconocimiento del mismo.
Su trabajo, materializado en multitud
de artículos publicados en las más prestigiosas revistas y en varios libros, se
ha centrado en el campo de la Economía Matemática. ¿Cómo se combinan las
matemáticas y el análisis económico?
Una vez el matemático Lluis Santaló escribió que cuando más complejos
son los fenómenos que se estudian más importante es la construcción de modelos
matemáticos simples para analizarlos. Básicamente los economistas matemáticos
nos dedicamos a esto.
Usted es conocido como uno de los más
importantes teóricos neo-walrasianos y trabaja en la teoría del Equilibrio
General Competitivo. Más de un siglo después de que Leon Walras intentase con
sus enunciados poner orden en el caos de los mercados y demostrase las
posibilidades del análisis matemático, ¿en qué consiste en la actualidad ese
equilibrio?
Disculpe que no le conteste con precisión. Walras y sus seguidores (y me
imagino que debo contarme entre ellos) aspiraron a formular las condiciones del
equilibrio económico (la igualdad de la oferta y la demanda) como un sistema de
ecuaciones, analizable matemáticamente. Quiero añadir que ni la economía
teórica ni mis propias contribuciones a la misma se limitan al paradigma walrasiano.
De hecho, creo que en los últimos veinte años me he centrado más en la teoría
matemática de los juegos de estrategia (estrictamente más general que el marco walrasiano).
Fue Consejero de Universidades de Cataluña,
con el Gobierno de CiU. ¿Encuentra alguna relación entre las matemáticas y la
política?
Mire,
le daré una respuesta indirecta. Yo soy incapaz de trabajar en análisis
económico-matemático de investigación más de dos o tres horas al día (a las que
habría que añadir las proverbiales horas en la ducha). Al día le quedan muchas
horas y la vida es muy interesante, así que también me he dedicado a tareas de
edición, de redacción de libros de texto y de política y gestión científica.
Las matemáticas, como en general toda
la ciencia, son una parte inalienable de la cultura, pero no todo el mundo lo
entiende así. ¿Cree que sigue predominando la idea enunciada por C.P. Snow de
la escisión de las dos culturas, las humanidades y las ciencias?
Me
temo que sí, y la tendencia a la fragmentación y especialización a nivel de
educación secundaria no ayuda.
¿Se puede encontrar poesía en los
números?
A
juzgar por la práctica de los matemáticos, hay más música que poesía.
¿Qué es lo que más le atrae de las
matemáticas?
No
sabría decirle. Me fascinan y a partir de una cierta edad descubrí que no se me
daban mal. En mi práctica he utilizado más análisis que álgebra, pero creo que
esto ha sido una consecuencia de las exigencias de modelización que de
propensiones personales.
Las matemáticas siguen siendo la
asignatura más temida por los estudiantes de primaria y secundaria, y sólo
algunos optan por cursar la carrera universitaria. ¿Cómo cree que se pueden
superar estos temores?
Es
responsabilidad de los matemáticos universitarios transmitir que las
matemáticas están en todas partes, y que estudiar matemáticas lleva a todas
partes y no sólo a oposiciones en enseñanza media o universitaria. Con
demasiada frecuencia los matemáticos ofrecen de las matemáticas una cara
adusta, la de un mundo cerrado y de acceso difícil.
¿Tiene futuro la investigación en el
campo de las matemáticas?
Por
supuesto. Ya sería mala suerte que una disciplina que lleva 2.500 años
desarrollándose se agotase precisamente ahora...

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Sobre el autor
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Isaac García
del Río es
periodista, licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad
Complutense de Madrid, y desarrolla su trabajo desde hace años en el campo de
la información y la comunicación. Es Director de Comunicación de la
Universidad Complutense, dirige la revista Tribuna Complutense e imparte clases sobre periodismo
audiovisual. Ha sido redactor, coordinador y presentador de programas
informativos en TVE y ha trabajado en comunicación en la Comisión del Mercado
de las Telecomunicaciones.
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