Un año
de Matematicalia
En la sociedad actual
se produce una situación paradójica: la vida cotidiana nos envuelve con nuevos
productos en cuya invención y funcionamiento están presentes en un alto grado
la ciencia y la tecnología, pero falta una cultura científica que permita
valorar esta presencia en su justa medida.
Pueden señalarse
diversas causas para esta situación, entre ellas: una concepción cultural en la
que la ciencia y la tecnología han estado tradicionalmente desvalorizadas, y un
sistema educativo que enseña la ciencia de forma instrumental, pero sin
fomentar su integración en la cultura.
Que el gran público
conozca la metodología científica y los hechos y conceptos científicos básicos
es necesario no solamente para una mejor comprensión de la sociedad que nos ha
tocado vivir, sino también para una mejor ciudadanía. La
ignorancia científico-tecnológica afecta negativamente a la financiación de la
investigación con fondos públicos, a las vocaciones jóvenes hacia las carreras
científico-tecnológicas, o a la resistencia popular hacia las curas milagrosas
y otros múltiples fraudes recubiertos de un barniz pseudocientífico. Comprender cómo funciona la
ciencia, cómo se investigan y se aceptan o rechazan las ideas científicas,
puede ayudarnos a sopesar la validez de determinadas afirmaciones que encontramos
cotidianamente en la publicidad, en los medios de comunicación, en la calle,...
y a decidir racionalmente sobre nuestra forma y expectativas de vida. El
ciudadano medio debe entender y atender a las implicaciones de la ciencia y la
tecnología; ya sea para evitar que el progreso beneficie solamente a
determinadas minorías, ya sea para compartir con los dirigentes políticos y los
propios científicos y tecnólogos la toma de decisiones sobre las cuestiones de
índole ética o jurídica que plantean tantas y tantas conquistas de nuestro
tiempo: la energía atómica, el desarrollo sostenible, el calentamiento global,
los transgénicos, la reproducción asistida, la clonación, el desciframiento del
genoma humano, Internet...
Ahora bien, no es
menos cierto que, a diferencia de lo que ocurría hace un siglo, existe un
marcado desfase entre las enseñanzas que una persona recibe en la escuela y los
progresos del conocimiento científico durante su periodo de vida. Por expresarlo
cuantitativamente, en épocas pretéritas los adelantos científicos que tenían
lugar a lo largo de la existencia de un ser humano podían suponer a lo sumo un
veinte por ciento de los conocimientos que esa persona adquiría en su etapa
escolar, mientras que hoy en día el montante puede alcanzar varios cientos por
ciento.
Además, el caudal de
conocimientos científicos disponibles actualmente es de tal magnitud y se
encuentra tan fragmentado por la existencia de múltiples disciplinas, cada una
de las cuales interpreta el mundo con su propia visión y metodología, que hace
imposible para una sola persona abarcar siquiera una mínima porción.
La segunda encuesta
sobre la Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en España[1],
encargada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y realizada
por TNS-Demoscopia en 2004, muestra, confirmando en buena medida el escenario
de la primera encuesta realizada en 2002, que la sociedad española tiene una
imagen positiva de la ciencia y la tecnología; imagen que, sin embargo, no se
corresponde con la información y la formación que los ciudadanos creen poseer y
recibir en este ámbito, cuya valoración es de 2,48 puntos en una escala de 1 a
5. A tenor de los resultados obtenidos, estas carencias informativas no parecen
quedar cubiertas, ni mucho menos, con la oferta de contenidos científicos y
tecnológicos de los medios de comunicación de mayor difusión: televisión, radio
y prensa. Los ciudadanos piensan que sólo las revistas especializadas en estos
ámbitos (66%), los libros (67%) e Internet (53%) poseen las capacidades y
recursos necesarios para proporcionar una adecuada información científica.
Sin duda, Internet
ofrece unas características que no admiten parangón con otros medios de
comunicación, entre ellas la rapidez con que se puede producir y difundir la
información, la disponibilidad de un espacio prácticamente ilimitado para
textos, fotos, vídeo y audio, o la interactividad.
En un
estudio desarrollado en 2002 en Estados Unidos[2],
el 61% de los encuestados afirmó que Internet es una fuente extremadamente o
muy importante de información científica. Los porcentajes de respuestas
similares para libros, periódicos y televisión fueron del 60%, 58% y 50%,
respectivamente.
De hecho, según una
encuesta realizada por la National Science Foundation, Internet constituyó en
2004 la segunda fuente más popular de acceso a las noticias sobre ciencia y
tecnología, frente al cuarto lugar que ocupó en 2001, y la más popular a la
hora de buscar información sobre temas científicos concretos, con una tasa del
52% frente al 44% obtenido en 2001. A pesar de que la Red no sobrepasa aún a la
televisión como fuente primaria de acceso a los últimos avances científicos y
tecnológicos, los resultados de estos indicadores de la National Science
Foundation[3]
y de otros estudios similares como los del Pew Research Center for the People
and the Press señalan un gradual cambio de hábitos a favor de Internet, que se
convierte así en el medio de elección preferente para el abordaje de nuevas
iniciativas en el terreno de la divulgación científica.
Vienen a colación
estos datos con motivo del primer aniversario de Matematicalia. Aunque nuestra revista vio la luz en abril de 2005, es
un proyecto que ya venía gestándose desde 2003, cuando un grupo de profesores
de la Universidad de La Laguna decidimos solicitar al entonces Ministerio de
Ciencia y Tecnología una acción especial para la puesta en marcha de la revista,
finalmente concedida en 2004. En ese momento nuestro principal compromiso fue la divulgación entre el gran público de la investigación matemática
más reciente, y dos nuestras grandes apuestas: el medio digital, con todas sus potencialidades, y la colaboración con los profesionales de la comunicación.
Un año después de su
aparición oficial, con un equipo renovado al frente, Matematicalia se ha consolidado como una oferta diferente en el
ámbito de la divulgación matemática en lengua castellana. Frente a otras
iniciativas fundamentalmente circunscritas, por su enfoque, difusión e
intereses, a profesionales o amantes de esta disciplina, Matematicalia resulta novedosa en varios aspectos, entre los que
cabe destacar:
La elección del medio digital y la
publicación en HTML dentro de este medio, a fin de garantizar una amplia
distribución de sus contenidos.
La colaboración de periodistas
profesionales con la redacción de la revista.
Un formato próximo al de la prensa de
información general, que provee un entorno familiar y potencialmente atractivo
para el lector no especializado, donde los contenidos son clasificados por
secciones (Ciencia, Comunicación, Cultura, etc.), cada una de las cuales
contiene artículos que versan sobre las matemáticas y sus aplicaciones al campo
de que se trate, junto con entrevistas, noticias, agenda de eventos y novedades
editoriales.
La creación de una “base de datos” que,
mediante entrevistas, cataloga el amplio abanico de oportunidades profesionales
que pueden abrirse a quienes cursen una titulación superior en matemáticas.
La comunicación al gran público de los
resultados de la investigación matemática más reciente.
Su carácter interdisciplinar.
Matematicalia nació
con la vocación de constituirse en un espacio de colaboración entre los
profesionales de la comunicación y de la enseñanza para la elaboración y
difusión de materiales de popularización de las matemáticas que puedan ser
utilizados con fines docentes y transmitidos a la sociedad por esa vía. Fiel a
esta vocación, la revista celebra su primer aniversario con la incorporación de
dos nuevas secciones: MatePosters y Mirada Matemática. La primera contiene
pósters que sintetizan el contenido de los diversos artículos publicados,
disponibles en formato PDF para descargar, imprimir y utilizar como material
divulgativo o recurso didáctico. La segunda, en portada, consiste en una muestra aleatoria
de imágenes artísticas relacionadas con las matemáticas, pertenecientes a
distintas colecciones. Ambas se irán ampliando y renovando periódicamente. También estrenamos una nueva sección fija en cada número: Humor.
Además, Matematicalia ha estado y
estará presente, vía comunicaciones orales, pósters o MatePosters, en diversos congresos sobre comunicación social de la
ciencia y sobre el uso educativo de las nuevas tecnologías, en congresos de
(educación) matemática y en ferias de la ciencia. La revista ha incorporado
asimismo el sistema RSS de sindicación de contenidos, mediante el cual nuestros
titulares pueden ser automáticamente enlazados desde cualquier página de
Internet. Confiamos en que estas novedades resulten atractivas para nuestros
lectores.
Isabel Marrero
Directora