Recibido: lunes, 13 julio 2009
Matemáticas por la igualdad
En
septiembre-octubre de 2005, la Comisión Mujeres y Matemáticas de la Real Sociedad Matemática Española organizó en Santiago de Compostela el
I Encuentro de Mujeres y Matemáticas. Tratábamos de oír las diferentes voces de algunas mujeres matemáticas, sus principales inquietudes en el ámbito profesional, sus problemas en la promoción... Las estadísticas que la propia Comisión había obtenido meses atrás habían puesto de manifiesto que en ese momento, en lo
relativo al acceso a la licenciatura, no había distinción de sexo: mujeres y
hombres ingresaban a las facultades de Matemáticas españolas por igual, y por igual finalizaban sus estudios. Unas/os pocas/os
optaban por iniciarse en el camino de la investigación, y es ahí, al
finalizar la etapa predoctoral, cuando se produce la principal ruptura.
Todos hemos de
reconocer que, generalmente, la carrera investigadora es sumamente dura. Muy
gratificante, pero en muchas ocasiones supone renunciar a ciertos aspectos de
la vida afectiva y familiar, decisiones que implican la complicidad de las
personas más cercanas. Por razones fundamentalmente culturales, somos las mujeres las que tenemos más difícil
disfrutar de un ambiente que facilite este camino. Estamos “acostumbradas” a ceder, y
muchas veces a renunciar, a nuestras ambiciones profesionales o a nuestra vida afectiva. Esto ha comenzado a cambiar, pero llevará tiempo y concienciación
modificarlo. Hoy son pocas/os las/os
estudiantes que se aventuran por el camino de la investigación. Para tener
éxito es necesario, además del talento y
la curiosidad, el tesón del esfuerzo diario. Con los parámetros en los que hoy se mueve
nuestra sociedad, no es fácil animar a nuestros estudiantes para que inicien este camino. En el caso de las mujeres, tenemos que hacer un
doble esfuerzo: tratar de convencerlas
de lo gratificante que puede ser la carrera investigadora y cambiar
mentalidades que les permitan comprometerse, una vez defiendan su tesis
doctoral, a continuar avanzando por esta vía.
¿Qué podemos
hacer para acelerar este cambio? No está claro. Las políticas de discriminación
positiva, sin ser ciertamente la
solución al problema, han ayudado, pero, ¿mantienen las
diferencias? Hemos de tener en cuenta que hombres y mujeres no salimos en este
camino desde el mismo punto de partida, ni en el ámbito académico ni en el
social. Cambiar las leyes es más sencillo que cambiar las mentalidades, y quizás
ahora tenemos que hacer un esfuerzo en esto último. Las mujeres tenemos mucho
que decir y hacer; no sólo debemos avanzar en cambiar la forma de pensar de muchos,
además debemos convertir las responsabilidades que hasta ahora se nos han
asignado por “real decreto” en asuntos compartidos o que lleven otros.
En el
Encuentro celebrado en Santiago analizamos
estos temas, que siguen hoy
plenamente vigentes, así como las posibles soluciones que se han buscado en determinados países y los problemas que todavía subsisten en otros. Debemos valorar
positivamente los avances que hemos logrado en unos pocos años, sin olvidar que
podemos conseguir la completa igualdad (un término “muy matemático”). Este número
de Matematicalia contiene algunas de las ponencias que en su día presentaron
las/os conferenciantes invitadas/os. Ellas/os, junto con todas/os las/os participantes.
hicieron que este encuentro fuese un lugar de reflexión sobre el papel de la
mujer en el mundo de las Matemáticas.
Edith Padrón
Editora, Comunicación e Internacional
Presidenta de la Comisión Mujeres y Matemáticas de la Real Sociedad Matemática Española